Periodo de agitación social
Entre 2014 y 2015, La Palma vivió un periodo de gran agitación social y mediática debido a
una serie de hechos delictivos: el robo a la Comercial Fraper, la detención de guardias civiles implicados
en tráfico de drogas y falsificación, y la muerte de un presunto traficante de armas. Este conjunto de
sucesos dibuja un panorama donde delincuencia común, crimen organizado y corrupción interna
parecían converger en un corto período de tiempo.
- El robo a Comercial Fraper. En diciembre de 2014, un grupo encapuchado sustrajo la caja fuerte de la empresa Comercial Fraper. Las imágenes de seguridad mostraban un operativo rápido y organizado, que llamó la atención de la prensa local. Días después, la Guardia Civil recuperó la caja fuerte tras una operación que culminó con varias detenciones. Este hecho se enmarca dentro de una oleada de robos que afectó a comercios y viviendas en la isla, generando alarma social y demandas de mayor seguridad.
- Detención de guardias civiles: corrupción interna. En junio de 2014, dos agentes de la Guardia Civil fueron detenidos en La Palma por delitos graves: tráfico de drogas, blanqueo de capitales y falsificación de moneda. Lo llamativo fue que estos agentes utilizaban pisos francos destinados a testigos protegidos para desarrollar sus actividades ilícitas.
Tras estas detenciones, la isla experimentó un aumento en la sensación de inseguridad. Muchos de los
delincuentes fotografiados en operativos posteriores mostraban signos visibles de drogadicción, lo que
reforzaba la percepción de descontrol y la existencia de redes de delincuencia que operaban al margen
de la ley.
- Muerte de un presunto traficante de armas. En un episodio posterior, un hombre de origen alemán fue encontrado muerto en su domicilio en la zona de Argual, en el municipio de Los Llanos de Aridane. La versión oficial indica que se trató de un suicidio por disparo en la cabeza. Sin embargo, en el domicilio se hallaron indicios vinculados al tráfico de armas, lo que ha alimentado especulaciones sobre posibles conexiones con redes delictivas más amplias en la isla.
Este suceso, sumado al robo de Fraper y a la detención de los agentes, muestra un contexto de criminalidad compleja, donde delincuencia común, crimen organizado y corrupción interna parecían coincidir en el tiempo.
- Doble trato mediático y percepción pública. Un aspecto llamativo de este periodo fue la diferencia en la exposición mediática y policial entre los distintos involucrados:
- Los guardias civiles detenidos aparecieron encapuchados en imágenes de prensa, protegiendo su identidad durante la investigación.
- Por el contrario, los delincuentes drogadictos fueron mostrados a cara descubierta, y algunas fotografías incluso se difundieron en redes sociales, aparentemente por un agente, lo que podría constituir un hecho irregular.
Este contraste generó la sensación de un doble estándar: la atención pública se centró en los
delincuentes visibles y sensacionalistas, mientras que los casos de corrupción interna —más graves—
permanecieron relativamente ocultos, actuando como una especie de cortina de humo.
Legalidad y ética en la difusión de imágenes. En España, la Ley Orgánica de Protección de Datos
(LOPDGDD) y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) protegen la identidad y los datos personales, incluida la imagen, de todas las personas, incluso de quienes están implicados
en delitos:
- Publicar fotos a cara descubierta de detenidos sin su consentimiento puede vulnerar derechos fundamentales como el honor, la intimidad y la propia imagen. La difusión de imágenes de delincuentes drogadictos o de bajo nivel, sin condena firme, generalmente carece de justificación legal o ética y puede estigmatizar a personas vulnerables.
- En contraste, los guardias civiles implicados en delitos graves aparecían encapuchados, respetando su derecho a la presunción de inocencia. Este doble estándar evidencia cómo la difusión mediática puede influir en la percepción pública, desviando la atención de delitos más graves hacia los más sensacionalistas.
Oleada de robos: factores que explican el aumento repentino. Un aspecto curioso de la ola de
robos es que muchos de los delincuentes drogadictos nunca habían perpetrado tantos robos en
tan corto periodo de tiempo. Varios factores pueden explicar este comportamiento:
- Oportunidad y percepción de riesgo bajo: con la atención policial centrada en otros casos, los delincuentes percibieron que podían actuar con menos riesgo.
- Dependencia y necesidad económica: la adicción a drogas genera presión inmediata para conseguir dinero o sustancias, acelerando la actividad delictiva.
- Efecto grupal: la acción de unos miembros de la banda puede incentivar a otros a robar también, generando un pico de actividad concentrada.
- Contexto mediático: la gran difusión de sus imágenes a cara descubierta pudo incrementar la notoriedad local de sus actos, incentivando la repetición.
- Estado psicológico: combinación de estrés, impulsividad y sensación de impunidad que potencia conductas repetitivas.
Diferencia de trato: delincuentes locales vs. extranjeros. Los sucesos del caso Fraper muestran no
solo disparidades dentro de la isla, sino también cómo la procedencia de los implicados influye
en la atención mediática y la percepción pública:
- Delincuentes locales (drogadictos): se les difundieron fotos a cara descubierta en medios y redes sociales, generando alarma social inmediata y estigmatización, aunque sus delitos eran menores.
- Delincuentes extranjeros (internacionales): los implicados en delitos internacionales, como tráfico de drogas o armas, recibieron cobertura más limitada en la prensa local, con mayor protección de su identidad, pese a que sus delitos podían ser más graves.
Tres canarios, tres colombianos y un marroquí
Esta disparidad refleja un doble estándar mediático y social, donde la notoriedad pública no siempre
corresponde a la gravedad real de los delitos.
- Contexto social y reflexión. La combinación de estos hechos —robos, corrupción interna, exposición mediática desigual y episodios de violencia vinculados al crimen organizado— creó un clima de alarma social sin precedentes en La Palma. Comerciantes y vecinos demandaban mayor presencia policial y medidas de prevención, mientras la prensa local seguía de cerca cada episodio.
Este periodo sirve como ejemplo de cómo la corrupción interna, el manejo mediático y las redes
criminales pueden afectar la seguridad y la confianza ciudadana, incluso en comunidades pequeñas
como La Palma. La inclusión de delitos con alcance internacional muestra, además, que la actividad
delictiva local puede estar conectada con redes más amplias, y que el trato mediático varía según la
procedencia de los implicados y la naturaleza de sus delitos.
Vera Piedra, una voz libre desde La Palma
Fuentes:
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